Lagartija Vallista (Liolaemus quilmes) - Sand Lizard
"Serpientes y humucutis, se ven más de una vez en los yuros,
y especialmente en las fuentes, al borde de las mismas,
que se usan en los templos como pilas de agua bendita"
Adán Quiroga, El Folklore Calchaquí.
La vimos cruzar como un diminuto relámpago los senderos laberínticos trazados entre las pircas de las Ruinas de Quilmes, en el árido noroeste de Tucumán. También en Fuerte Quemado, al pié del pucará que recién se comenzaba a restaurar, no sabemos con que criterio. Un par de años después incluso se dejó ver en los caminos de arena próximos al cementerio de Santa María, algo más al sur y ya en Catamarca. Contamos más de diez en un área no mayor a una hectárea de superficie. Perseguimos a una cerca de aquel campo santo que luego de unos cuantos metros, bajo unos arbustos espinosos que impedían el paso y para nuestra enorme sorpresa, se sumergió en la arena. El premio a la perseverancia llegó en el verano de 2009, pues encontramos una al iniciar el ascenso al pucará del Cerro Pintado de las Mojarras. Se posó en una laja, de las tantas que conforman las pircas, nos miró confiada. Llego la foto. Saltó hacia un pedregal, capturó un insecto. Una foto más, en la que apenas sobresale de su boca el extremo de un élitro transparente. Compartimos en esta breve nota las imagenes y algunos comentarios acerca de este bello y poco conocido integrante de nuestra fauna.
Era una Lagartija Vallista (Liolaemus quilmes) Etheridge 1993; llamada localmente Umucuti o Ututo, nombres provenientes del quechua. Es una especie endémica de nuestro país que solo se encuentra en el Valle de Santa María o Yocavil y aquellos que conforman los Valles Calchaquíes, que abarcan el noreste de Catamarca, noroeste de Tucumán y suroeste de Salta. El ambiente es seco y caluroso, algo más húmedo en la proximidad del Río Santa María, que atraviesa el valle de sur a norte. Se encuentra en la Eco Región del Monte de valles y bolsones, así como también la de Prepuna y por supuesto, el ecótono entre ambas. Aparentemente es una lagartija común que no está incluida en ninguna categoría de peligro. Al menos nosotros la observamos en cada viaje, siempre durante el verano. Se alimenta de insectos, larvas y otros artrópodos pequeños que captura luego de rápidas carreritas, según pudimos observar. Para escapar de los predadores realiza un curioso comportamiento, al igual que otras congéneres propias de nuestras zonas áridas, pues literalmente se sumerge en la arena suelta con rápidos movimientos, enterrando primero la cabeza y luego el resto del cuerpo. A veces, ayudando a taparse con las patas posteriores. También se entierra en arena durante los periodos fríos. Los machos salen de la hibernación en setiembre, las hembras un mes después. Al llegar la primavera, las hembras presentan una coloración nupcial a ambos lados del cuello que va desde un amarillo tenue hasta un naranja fuerte. El amarillo tenue indicaría a los machos el comienzo de la etapa receptiva y el cortejo de estos podría ayudar a activarla. De hecho, el apareamiento en el campo se da cuando las hembras presentan coloración clara. El naranja fuerte se mantiene durante la gravidez para desaparecer gradualmente luego de la oviposición.
La Lagartija Vallista es un reptil escamado, es decir del Orden Squamata que incluye dos subórdenes: Ophidia (ofidios, serpientes) y Lacertilia (Saurios) que incluye a los lagartos, lagartijas y anfisbaenas. Este grupo se encuentra bien representado en nuestro país con una gran variedad de especies y numerosos endemismos. En efecto, según la Lista de lagartijas y anfisbaenas de Argentina (Avila et al 2010) el numero es de 242 especies. Dentro de este grupo, la Lagartija Vallista pertenece a la familia Tropiduridae (que cuenta con 176 especies registradas), y dentro de esta al complejísimo y diverso género Liolaemus (138 especies). Es un género propio de Sudamérica, más específicamente Andino-Patagónico. En efecto, las regiones con mayor diversidad se encuentran en el oeste árido de nuestro país, abarcando la región noroeste, cuyo y patagonia. Las provincias con mayor diversidad de lagartijas, lagartos y anfisbaenas son Catamarca y Mendoza con 50 especies registradas, luego Salta (47), Río Negro (46), Neuquén (45), San Juan (41), La Rioja (40), Chubut (38), Tucumán, Córdoba y La Pampa con (35), Santiago del Estero (33), Jujuy (32) y Santa Cruz (31). Las provincias con menos representantes son Misiones (14) y Tierra del Fuego con solo una. Con el avance de las investigaciones se van descubriendo especies nuevas. Como dijimos, la Lagartija Vallista es un endemismo, es decir, una especie que solo se encuentra en un hábitat, región o país determinado, en este caso el Valle de Santa María y Calchaquí. Por ende, solo en nuestro país. Según Chébez et al (2005), "las especies endémicas son de gran importancia para la conservación del patrimonio genético nacional. Sus adaptaciones específicas a los hábitats en los que se desarrollan las hacen altamente informativas sobre distintos aspectos de la biología (selección del hábitat, biogeografía, evolución, etc.)"
El nombre científico de esta lagartija Liolaemus quilmes, compuesto de dos términos en latín según el uso desde Linneo, indica en el primero la pertenencia genérica de la especie (Liolaemus) y el segundo, quilmes, recuerda la localidad y el pueblo que le dio origen, los Quilme o Kilme. Este grupo, junto a otros de la parcialidad calchaquí, resistieron heroicamente el asedio español durante 130 años. En 1667 luego de ser derrotados militarmente fueron sitiados y su presa de agua envenenada hasta conseguir su rendición. Como los españoles no lograban someterlos para hacerlos trabajar gratis en sus haciendas, alrededor de 2500 personas fueron desterradas, conducidos a pie por más de 1000 km hasta la Reducción de Santa María de Quilmes, al sur de la ciudad de Buenos Aires dando origen al nombre de la localidad actual. Solo llegaron unas 400 personas.
Petroglifos con representaciones zoomorfas, "reptiliformes" según Bruch.
El valle estuvo poblado desde tiempos remotos como lo prueban los numerosos vestigios arqueológicos que incluyen instrumentos líticos y grabados rupestres. Los asociados a la cultura Ampajango se estiman de una antiguedad de alrededor de 8000 años. En la figura (tomada de Bruch, 1913) dos petroglifos que encontró Carlos Bruch en 1907 en las proximidades de la localidad de Ampajango, algunos kilómetros al sur de la ciudad de Santa María, provincia de Catamarca. ¿Lagartijas Vallistas? ¿reptiles? ¿chamanes con atuendos de reptil? en cualquier caso, sin dudas son representaciones estilizadas del mundo natural que pasaron a conformar su mundo simbólico, cultural, del que poco y nada podemos saber con certeza. Las representanciones de la lagartija aparecen también en urnas, pucos, yuros y jarros de las culturas que posteriormente habitaron el valle, principalmente de la Cultura San José y Santa María. Para Adán Quiroga su presencia en estos artefactos estaría asociada al agua en tanto elemento indispensable para la vida, relacionado con el pedido de lluvia necesaria para obtener buenas cosechas. Los pobladores de los valles calchaquíes llaman a esta lagartija Ututu, Humucuti, pero son nombres genéricos utilizados para casi todas las lagartijas en el noroeste argentino. Según cuenta Félix Coluccio en su Diccionario folcklórico de la flora y la fauna de América: "En algunas partes de Catamarca es creencia que cuando el umucuti muerde solo suelta a su presa cuando está por tronar o llover y, si alguien lo matara en esas circunstancias, más que seguro, afirman los supersticiosos, que al hacerlo perdería el juicio". Amarus (serpientes), ututus, umucutis y chelcos son en el folclore popular las "sabandijas" y alimañas que custodian las salamancas, que son los lugares donde según las leyendas se pacta con el Zupay (demonio) con el fin de obtener conocimientos o riquezas.
Río Santa María
La Lagartija Vallista, si bien no está amenazada de extinción, no se encontraría
protegida por el Sistema de Parques Nacionales de la Argentina según Chébez et al 2005. Sin embargo, recientemente (2010) fue registrada por Nicolás Olejnik en el Parque Nacional Los Cardones, provincia de Salta (ver: Ecoregistros).
Para leer:
Ávila, L.J. et. al.: "Lista de lagartijas y anfisbaenas de Argentina: Una actualización" Centro Nacional Patagónico CENPAT-CONICET, Puerto Madryn, Argentina, 2010.
Bruch, Carlos: "Exploraciones arqueológicas en las provincias de Tucumán y Catamarca" Revista del Museo de La Plata, Tomo XIX, 1º parte, 2º serie tomo VI, Bs.As. 1913.
Ávila, L.J. et. al.: "Lista de lagartijas y anfisbaenas de Argentina: Una actualización" Centro Nacional Patagónico CENPAT-CONICET, Puerto Madryn, Argentina, 2010.
Bruch, Carlos: "Exploraciones arqueológicas en las provincias de Tucumán y Catamarca" Revista del Museo de La Plata, Tomo XIX, 1º parte, 2º serie tomo VI, Bs.As. 1913.
Chébez, J.C., Rey, N.R, Williams, J.D: "Reptiles de los Parques Nacionales de la Argentina" Monografía 19, Ed. L.O.L.A, Bs.As. 2005.
Coluccio Félix: "Diccionario folklórico de la flora y la fauna de América" Ed. Del Sol, Bs. As. 2005.
Gallardo, Jose M.: "Reptiles de los Alrededores de Buenos Aires", EUDEBA, Bs.As. 1977.
Coluccio Félix: "Diccionario folklórico de la flora y la fauna de América" Ed. Del Sol, Bs. As. 2005.
Gallardo, Jose M.: "Reptiles de los Alrededores de Buenos Aires", EUDEBA, Bs.As. 1977.
La Grotteria, J., D. Oscar y H. Alvarado (Eds.). 2011. Ficha de la especie (Liolaemus quilmes). EcoRegistros. accedida el 03/08/2012.
Quiroga Adán: "El Folklore Calchaquí" Ed. Sarquis, Catamarca 2005.
Salica, M.J. y Halloy, M.: "Nuptial coloration in female Liolaemus quilmes (Iguania: Liolaemidae): relation to reproductive state" Rev. Esp. Herp. (2009) 23: 141-149.
Ver también (sobre reptiles):
espectacular, mu buena la nota sobre la lagartija, no conocía la especie, muy interesante y completa sobre todo
ResponderEliminarSaludos
Muy buena la nota
ResponderEliminarYo encontró una en mi casa yo soy de pergamino y nunca se vio en esta zona
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