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viernes, 10 de febrero de 2012

El enigmático Calendario de San Nicolás

 Calendario indígena - San Nicolás, La Rioja


Al norte de la ciudad de Chilecito como quien va para Famatina, a no más de 7 km por la legendaria Ruta Nacional 40, en la localidad de San Nicolás se encuentra este misterioso sitio arqueológico denominado "reloj inca", "calendario diaguita" o "calendario indígena". Este monumento prehispánico esta ubicado a escasos metros de la ruta, justo en la entrada al pueblo. La construcción se dispone en el suelo y no se eleva a más de 40 cm del mismo, salvo la piedra central (especie de menhir) que no sobrepasa el metro de altura. Desde esta parten 41 radios que finalizan en la circunferencia construida en doble muro de piedra unido con torta de adobe.

¿Quienes lo construyeron?, ¿cuándo?, ¿con que fin? Cada interrogante abre la puerta a numerosas preguntas más de un modo, si se quiere, fractal. Creemos incluso, que sacrificariamos nuestro primigenio sueño de volar como las aves por la fantasia de viajar en el tiempo...

 Vista del doble muro perimetral

Vista de los radios, bien notables a pesar del tiempo

 marcados con piedras más grandes, semi enterradas; las fracciones están rellenas con piedras redondeadas de menor tamaño.

 Por el lado sur, dos pircados bajos marcan una especie de camino o rectángulo adosado al circulo que tiene unos 20 metros de diámetro aproximado

 el conjunto está nivelado con un leve declive hacia el este y el trazo de la circunferencia es exacto.

 Vista desde el oeste, detrás del cableado la Ruta Nacional 40, al fondo la Sierra de Velasco.

 Los radios concéntricos son 40, más uno que corta otro rayo e indicaría el polo norte magnético. El calendario indígena  o reloj solar no deja de tener cierta familiaridad con el moderno Monumento sin sombra erigido en la Quebrada de Humahuaca, Jujuy.

 Se dice que era un calendario solar, calendario de siembra, sitio o altar ritual. Incluso secadero de granos, ya en la época colonial. Algunos lo atribuyen a los incas (detrás del cementerio de Chilecito se encuentra uno de los sitios arqueológicos incaicos más importantes de Cuyo: la Tamberia del Inca) y otros a los diaguitas, o más precisamente a la parcialidad diaguita que habitaba la zona: los Capayanes. También puede ser anterior a ambos. La verdad es que no se sabe nada con certeza y por ello, un espeso halo de misterio rodea este antiguo monumento.

 Próximo al calendario, el pueblito o caserío de San Nicolás que cuenta con algo más de 50 habitantes, en su mayoría dedicados a las tareas agrícolas. Detrás, la Sierra del Paimán.

 A escasos metros del calendario, se pueden ver unos centenarios muros de adobe, muy erosionados, entre los cuales se encontraba, según dicen, una de las plazas de armas del Ejercito de los Andes del General San Martín. En efecto, en este lugar, a principios del siglo XIX se aprovisionaron y prepararon las tropas de la Columna Auxiliadora a los Andes al mando del Coronel Nicolás Dávila.

Si bien el calendario indígena de San Nicolás constituye un enigma para la arqueología argentina dada su singularidad, creemos que se trata de una construcción ceremonial sin negar las otras interpretaciones, más bien integrándolas, y que existen relaciones al menos en el plano ideal, con otras manifestaciones prehispánicas que se conservan en nuestro país. En efecto, existen en el Valle de Tafí (Tucumán) construcciones circulares de importantes dimensiones que poseían un menhir en el centro y están asociadas a la Cultura Tafí que se desarrolló durante el Período Temprano (600 a.c.-550 d.c.) o Formativo, es decir unos 2000 años de antigüedad. No lejos de San Nicolás, del otro lado del Famatina, en la localidad de Vinchina se encuentran tres túmulos en forma de cono truncado de baja altura y diseño circular, construido con piedras de tres colores conocidos como las "estrellas de Vinchina". Además de estas, existen otras más en las proximidades pero se encuentran derruidas. Al norte de San Nicolás, no lejos de Pituil (11 km al oeste) en el Sitio La Cuestecilla, se encontró otro circulo de piedra con un menhir en el centro, asociado a construcciones domésticas y públicas. También se hallaron estructuras lineales construidas con piedras de tres colores como en Vinchina. Cerca de La Cuestecilla, en el Sitio Cerrito Negro se encontró una construcción subcircular en piedra de tres colores (rojo, blanco y gris/azulado) con un diámetro de 24 m. Estas construcciones y las de Vinchina (a pesar de que se las llame "estrellas diaguitas") corresponden a la Cultura Aguada que se desarrolla durante el Período Medio (550 d.c.-1100 d.c.) o de Integración Regional, esto es entre 1000 y 1500 años de antiguedad. Existen además, montículos circulares rodeados de piedra en el Valle de Lerma, Salta y otros del Período Inka (1450 d.c.-1535 d.c.), situados a 6250 m.s.n.m. en la ladera del Cerro Mercedario (San Juan) de un diámetro menor, dada la ubicación, pero con un monolito o menhir en el centro, de carácter netamente ceremonial. Las relaciones que encontramos entre estas construcciones que evidencian los saberes que los antiguos poseían sobre arquitectura, geografía y astronomía, creemos que corresponden a una continuidad en el espacio y el tiempo andino que refleja un conocimiento de carácter sagrado, por ende simbólico y esencialmente tradicional.

Al norte de San Nicolás, la Ruta 40 continua hacia las Ruinas de Capayán, Famatina, Pituil, San Blas de los Sauces y el Pucará de Gualco.



Para leer:

Gonaldi, M.E.; Callegari, G. et. al.: "El patrimonio arqueológico del norte del Departamento de Famatina" 1º Ed. Asociación de Amigos del Instituto Nacional de Antropología, Bs. As. 2008.


Ver también:


jueves, 3 de febrero de 2011

Las "Collqas" de Churquiaguada



La Quebrada de Humahuaca, por decirlo de algún modo, se "abre" en su sector norte, las altas serranías que la limitan al este y al oeste se separan resguardando una planicie ondulada con serranías menores y un microclima particular. Este área, más que nada al norte del pueblo de Humahuaca, se caracteriza por la presencia de "churcales" formados por bosquecillos de Churqui (Prosopis ferox) en algunas quebraditas o por la presencia de ejemplares solitarios, junto a cardones y otras cactáceas. Allí también, la Ruta Nacional 9 se separa bastante del Río Grande virando en dirección noroeste. Pasando la entrada a la Comunidad Aborigen Hornaditas, unos doscientos metros a la derecha de la ruta, se encuentra el paraje "Churquiaguada" y el sitio arqueológico homónimo. Este antigal esta emplazado sobre una colina ubicada en la confluencia del Arroyo de Chorrilos y el de Churquiaguada. Se trata de un sitio de almacenamiento incaico caracterizado por la presencia de 36 montículos de piedra dispuestos en tres hileras y algunos recintos rectangulares. Estos montículos son construcciones de piedra circulares conocidos como "Collqas" o depósitos del Inca, es decir eran una especie de silos donde se guardaban los distintos productos.

Vista de las construcciones de piedra, detrás, Cardones y Churquis.

Collqa

Las Collqas eran construcciones para almacenamiento.

Este tipo de sitios estaban ubicados en lugares estratégicos tanto desde el punto de vista logístico como climático.

Representación de las Collqas incaicas del cronista Guamán Poma de Ayala de su obra "Primer y nueva crónica y buen gobierno". Tomado del libro "Los Incas del Collasuyu" de Rodolfo Raffino (1981). En la imagen se ve a Topa Inga Yupanqui junto a un Suyuyoc o administrador, que lleva los registros de entradas y salidas utilizando los Quipus, que era un sistema de registro realizado con cordeles y nudos.

Vista general de las Collqas

Escondido entre los churquis, un recinto cuadrangular

probablemente utilizado para vivienda o administración.

El recinto lo encontramos ligeramente reconstruido y reutilizado por los lugareños como "chiquero", no en el sentido de lugar para cerdos, sino en el sentido local del término dado a los corrales para los animales "chicos".

Vista desde el recinto cuadrangular, hacia abajo de la colina donde se ubica el sitio pasa una quebradita húmeda por donde serpentea el Arroyo Chorrillos para unirse aguas abajo al Río Grande. Allí existen algunas viviendas rurales y en el cerro que se observa más atrás, también con churcales, existe otro sitio arquelógico de origen tardío e incaico comprendido por distintas construcciones o pircas ubicadas en dos morros principales.

Este sitio es conocido como Pucara de Hornaditas, distante unos cientos de metros de las Collqas, ambos sitios están ubicados en la linea que dibujaba el Qapaq ñam o "Camino del Inca", que proveniente de la Puna pasaba por Inca Cueva, la zona de Zapagua, Churquiaguada y hacia el sur se dirigía a los otros sitios con rasgos incaicos de la Quebrada de Humahuaca, como el Pucará de Tilcara o el de Yacoraite entre otros.

Vista desde Churquiaguada del Qapaq ñam o "Camino del Inca".

La Era del Imperio (1430 - 1536 d.c.) en la Quebrada de Humahuaca es el período que comienza en el siglo XV con la expansión del Imperio Incaico o Incanato originario de la región del Cuzco en la sierra sur del Perú. El Tawantisuyo fue el imperio más extenso de América del Sur dominando los Andes desde Ecuador hasta Chile y Argentina en el Noroeste y Cuyo hasta la provincia de Mendoza. La superioridad militar y económica del Tawantisuyu, denominación del Estado Cuzqueño, era tal que los omaguacas no pudieron resistir la conquista que duró unos cien años, hasta la caída del Imperio producida por los conquistadores españoles. "El dominio incaico trajo consigo importantes cambios en el orden político local, desplazando algunos de los linajes y comunidades que hasta entonces gozaban de mayor poder y encumbrando a otros que actuaron como intermediarios entre el imperio y la población local" (Nielsen, 2002). Algunos sitios fueron destruidos violentamente como Los Amarillos, otros como el Pucará de Juella y probablemente el de Hornillos fueron abandonados. En los que perduraron, los nuevos gobernantes construyeron edificios de tipo religioso o administrativo, como la "iglesia" del Pucará de Tilcara, la kallanca de La Huerta o el tambo de Yacoraite (Nielsen, 2002). A pesar de lo "fugaz", en términos arqueólogicos, de la dominación incaica en la Quebrada de Humahuaca, sus huellas resisten el paso del tiempo en numerosas construcciónes, topónimos, vocablos  y costumbres.


Para leer:
Raffino, Rodolfo: "Los Inkas del Kollasuyu", Ramos Americana, Bs. As. 1981
Nielsen, Axel: "Los tesoros de la Quebrada de Humahuaca" 1º Ed, Thomas Gibson Fine Art Ltd, 2002.



Ver también:


sábado, 15 de enero de 2011

Las Cuevas del Wayra



Las Cuevas del Wayra estan ubicadas al oeste de Tilcara en la Quebrada de Humahuaca, provincia de Jujuy. Cuatro kilometros aproximadamente desde la Oficina de Turismo, donde se contrata al guía que conduce al viajero hacia este destino. Se llega a pie por camino de herradura luego de 2 o 3 horas de ascenso por la Quebrada de Sarahuaico, arida y pedregosa. Tilcara se encuentra a 2460 m.s.n.m y las cuevas a 2900 aproximadamente. Es ideal para aquellos que disfrutan de las caminatas (que ahora le dicen trekking) por parajes naturales y serranos, de la observación de la flora y la fauna asi como también de las mejores vistas y panorámicas que ofrecen sus formaciones geológicas. El sendero hacia las cuevas atraviesa además, un gran sitio arqueológico que aparentemente fue habitado por los constructores del posterior Pucará de Tilcara.

 Vista de Tilcara desde el camino a las Cuevas del Wayra, la huella de auto que se ve en la imágen dura poco

para transitar por el cauce seco de la quebrada, donde crecen algunos arbustos

 y se encuentran fósiles marinos 

también el Olivo Sagrado, de propiedades expectorantes,

 el conocido Molle

 y el Cardón o Pasacana (Trichocereus pasacana), propio de la Prepuna, poblado de Claveles del Aire que indican la dirección más frecuente del viento y por ello son utiles para orientarse entre los usos menos destructivos, de este recurso que por estos dias esta prohibido cortar y solo se permite utilizar la madera de los ejemplares muertos

 por eso es que algunos buscan acelerar tal momento

 El camino atraviesa un gran sitio arquelógico donde se pueden observar a simple vista las antiguas construcciones de viviendas

 sin reconstruir, casi recicladas por la naturaleza, invisibles para quien no esta acostumbrado a ver antigales

 antiguas terrazas de cultivo en toda la ladera

se encuentran restos de ceramica a lo largo de la caminata

y se pueden observar de cerca las antiguas viviendas,

terrazas de cultivo y construcciones derruidas.

 Vista de Tilcara, asentada sobre un gran cono de deyección.

 Por momentos el camino da un respiro. Es fundamental llevar agua y salvo días nublados, sombrero.

 "el barco"

 más fósiles marinos

 subiendo un poco más se llega a la necrópolis, en la imágen se puede observar una tumba en cista, semi derruida, caracteristica del período tardío e identica a las halladas en la necrópolis del Pucara de Tilcara

 Cóndor Andino (Vultur gryphus) - Andean Condor

 perdiéndose entre los escarpados riscos, la más majestuosa de las Aves de la Quebrada de Humahuaca.

más construcciones de este gran antigal

 más fósiles marinos

caprichosas formaciones geológicas a lo largo del recorrido

 Piedra conocida como "el fósil", no es propiamente un fósil sino unas dendritas de magnesio

 Vista de la Quebrada de Humahuaca

 formaciones geológicas naturales de areniscas y piedras sueltas

 "la ventanita"

"la torre"

 La zona es peligrosa con lluvias pues dadas las características del terreno es factible que se den "volcanes" nombre dado en Jujuy a los aluviones de barro y piedra, también llamados "huaicos" más que nada en Bolivia y Perú, cientificamente se denominan "flujo de detritos". Tal vez la frecuencia de estos fenómenos naturales fue la causa del abandono del antiguo poblado que hoy conforma un sitio arqueológico.

 Las Cuevas del Wayra son dos, una es propiamente la del Wayra y la otra, en la imágen, es conocida como Cueva de Aguirre. A medida que uno se acerca la imaginación se embriaga en el aire del cerro que amenazante muestra sus fauces. Wayra en quechua quiere decir "viento".

 Vistas desde la entrada a la cueva

 "la tortuga"

 paisajes de ensueño 

 Entrada a la Cueva del Wayra. La misma es bastante estrecha y hay que agacharse en un primer momento para luego transitar por una grieta de unos cinco metros que obliga a apoyar las nalgas en la roca y desplazarse con las piernas por la roca de enfrente. Salvado este accidente se accede a una cámara principal de mayores proporciones y se puede recorrer de pie los casi cincuenta metros que tiene la cueva. No apta para claustrofóbicos...

 los guías iluminan la cueva con velas a medida que se va entrando

 Interior de la cueva. 
Esta imágen pertenece a los Expedientes X de Naturaleza y Cultura, en efecto creemos haber descubierto dónde se oculta el diablo hasta la llegada del próximo carnaval...



La Cueva del Wayra esconde sus secretos e historias de los tiempos antiguos, cuando la misma era un lugar sagrado al que accedian los viejos sabios buscando en la soledad y el aislamiento el silencio, en las entrañas de la tierra, dedicados a la contemplación pura. Ese silencio donde el hombre puede acceder a lo más profundo de su interior unido al pulso del universo. A lo largo del recorrido Tupac Flores, tilcareño y guía de la Quebrada de Humahuaca, miembro de la Comunidad Indigena Viltipoco, nos enseñó un poco de lo que le contaron sus padres y abuelos quienes lo recibieron a la vez de sus mayores tradicionalmente, en secreto dados los tiempos que les tocó vivir.

 Vista de la Cueva de Aguirre, esta tiene una profundidad de unos 40 metros y sale del otro lado de la montaña

 el acceso a la misma desde la cueva del Wayra es bastante dificultoso, a través de una cornisa. Por suerte ibamos con Tupac Flores guía de Tilcara, el mismo que nos acompañó a los Petroglifos de Zapagua.

 Vista desde el interior de la Cueva de Aguirre. Aqui guardamos las cámaras pues se debe gatear como un bebé unos 7 u 8 metros, luego sortear una roca bastante alta a partir de la cual se percibe la luz de la salida para alivio de los claustrofóbicos...

 la salida da hacia la Quebrada de la Cruz, más atrás y colorida la Quebrada de Huichaira

 Vistas de la Quebrada de Huichaira

 El descenso desde la salida de la cueva de Aguirre hasta la Quebrada de la Cruz es muy escarpado, lleno de pedregullo que obliga a bajarlo sentado, ayudándose con las manos.

 pero cualquier esfuerzo vale la pena por ver esos paisajes.

 Cardón de más de siete metros de alto, en la Quebrada de la Cruz.

 Vista del Pucará de Tilcara, más atrás la "paleta del pintor", vistas desde la Quebrada de la Cruz descendiendo hacia la Ruta Nacional 9.

 Paisaje típico de la ecorregión de la Prepuna

 Huichaira y sus colores

Llegando a Tilcara, al otro lado del Río Grande.


Ver también: